El tiroides es una glándula que tenemos en la porción anterior del cuello y que se va encargar de regular nuestro metabolismo basal e influye en los procesos de crecimiento y desarrollo neurológico.

Cuando su función se deteriora da lugar a desórdenes que pueden llegar a ser graves e incluso vitales. Si su función se altera por defecto lo llamamos HIPOTIROIDISMO y cuando trabaja en exceso se denomina HIPERTIROIDISMO. La alteración de la función tiroidea es más frecuente en la mujer y tiene sus implicaciones en el momento de quedar embarazada y también en la fertilidad previa.

Existe evidencia de la relación entre hipotiroidismo e infertilidad y también con los abortos precoces que ocurren en el primer trimestre.

Es fundamental que la mujer gestante tenga un funcionamiento adecuado de esta glándula, ya que el feto no la produce por si mismo durante el primer trimestre y tiene una vital importancia en el desarrollo neurológico fetal.

Para poder actuar correctamente el tiroides necesita de Iodo, es por ello que se aconseja el consumo de la población general de sal iodada.

Otros alimentos ricos en Iodo son los pescados, especialmente el bacalao, mejillones, langosta, atún, y también el el huevo, legumbres, pollo, brócoli, arándanos, lácteos y leche condensada.

Alimentos ricos en iodo: sal iodada, pescados y mariscos, algas, legumbres,huevos, lacteos, brécol , fresas y  arándanos. 

España es considerado por la OMS un país con ingesta adecuada de este elemento. No obstante, en la gestación estas necesidades se incrementan y se aconseja la suplementación con Iodo a razón de 200 microgramos en gestaciones únicas y 300 microgramos en las múltiples.

Está recomendado el cribado sistemático en el primer trimestre para poder detectar las alteraciones de estas hormonas y pautar tratamiento en su caso. Esto tiene especial relevancia en caso de hipotiroidismo clínico (con síntomas) y cuando hay auto-anticuerpos antitiroideos.

Existen determinados grupos de riesgo como son las gestantes obesas con IMC (índice de masa corporal) mayor de 30, con diabetes tipo 1 u otros procesos autoinmunes, con abortos de repetición y las mayores de 35 años.

Tu ginecólogo te pedirá la hormona tiroidea cuando acudas a tu visita preconcepcional (previa a quedarte embarazada) o si ya estás gestante, en la analítica de primer trimestre.

Si finalmente necesitas tratamiento, ten en cuenta que la medicación es segura en el embarazo y lactancia y que optimizará el desarrollo de tu futuro hijo, disminuyendo también previsiblemente el riesgo de aborto y de parto prematuro.

No dudes en pedirnos consulta y resolveremos tus dudas al respecto. La Dra. Martínez Wallin, ginecóloga y la Dra. Itziar Aznar, endocrina, forman el equipo perfecto para realizar el mejor tratamiento en el caso de alteración de la función tiroidea a lo largo de tu embarazo.